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Inédita capacitación para ser trabajador humanitario


La voz de un experto

El Comodoro Víctor Manuel Núñez es un hombre de enorme experiencia en el campo de la asistencia humanitaria. Fue comisionado en tres oportunidades para participar en operaciones de paz; dos en la Misión de Naciones Unidas en Chipre, UNFICYP. Su última participación fue de Septiembre de 2009 a Septiembre de 2010 como Jefe de la Oficina de Coordinación Civil-Militar en la Misión de NU en Haití. A continuación sus reflexivas respuestas a nuestras preguntas:

¿En qué escenarios tuvo oportunidad de desempeñarse?
He tenido la posibilidad de participar en tres oportunidades en Misiones de Paz bajo mandato de las Naciones Unidas. La primera, en 1997, participé como Jefe de la Unidad Aérea de helicópteros de UNFICYP, Chipre. Luego desplegué por el término de un año en el 2005 a UNFICYP, como oficial del Estado Mayor, Jefe de la Célula Militar de Entrenamiento. Finalmente, en Septiembre de 2009 desplegué a Haití para integrarme a la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH), donde ocupé el cargo de Jefe de la Oficina de Coordinación Civil-Militar (U-9 CIMCOORD Office).

¿Por qué decidió ser casco azul de las Naciones Unidas?
La participación de militares en Operaciones de Paz de Naciones Unidas es algo que de alguna manera tuve en la cabeza desde chico ya que mi padre, un suboficial de Fuerza Aérea mecánico de aeronaves, participó de la primera misión de la ONU en el antiguo Congo Belga (actualmente República Democrática del Congo) en el año 1961. Años después mi padrino, entonces Mayor de la Fuerza Aérea, fue comisionado para participar como Observador Militar en Medio Oriente, en UNTSO. Así siendo yo miembro de la Fuerza Aérea, cuando tuve la posibilidad de participar en este tipo de misión no tuve ninguna duda.

¿Qué importancia tienen para usted los civiles en los escenarios conflictivos?
Los tiempos de las primeras Misiones de Paz, en las que participaban casi exclusivamente militares, han quedado como referencia histórica. Actualmente nadie puede discutir la importancia de los civiles en escenarios conflictivos. Aún en etapas tempranas o iniciales, cuando la participación de personal militar no ha sido seriamente considerada, podemos encontrar un sinnúmero de civiles que trabajan en actividades preventivas orientadas a reducir los niveles de tensión o tendientes a evitar la escalada (Diplomacia Preventiva); así como aquellos brindan asistencia humanitaria en aspectos como el sanitario, el alimenticio la educación y tantos otros. De igual manera, cuando el conflicto se torna violento, los primeros que intervienen intentando hacer respetar los más elementales Derechos Humanos suelen ser los trabajadores humanitarios, tanto de agencias internacionales (Cruz Roja Internacional, Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados, etc) como de organizaciones no gubernamentales (Human Rights Watch, Médicos sin Fronteras, etc). De igual manera, una vez resuelto el conflicto o detenida la violencia, cuando las fuerzas de paz hayan sido retiradas, casi seguramente serán las agencias y organizaciones civiles de asistencia humanitaria las que continúen trabajando en el terreno, formando parte de los esfuerzos de reconstrucción.

¿Qué situaciones resultan más traumáticas para un trabajador humanitario?
Por no ser yo un trabajador humanitario me resulta un poco inadecuado hablar de terceras personas aunque por haber trabajado con ellos en ocasión del terremoto en Haití podría decir que la pérdida de vidas humanas y la imposibilidad de dar asistencia a todos aquellos que la necesitan son las que resultan más traumáticas. Muchas veces la falta de recursos determina la “imposibilidad” de ayudar a quienes lo necesitan y esa sensación de impotencia es en ocasiones lo que permanece más tiempo dando vueltas en la cabeza.

¿Qué herramientas considera que es indispensable que maneje un trabajador humanitario?
Dejando de lados aquellas que le resulten específicas de su campo de actividad, en términos generales diría que todo trabajador humanitario debe estar capacitado en manejo del estrés ya que un entorno que requiera la asistencia humanitaria, habrá de presentarse colmado de “estresores”, o factores generadores de estrés. De igual manera, el saber trabajar en equipo es fundamental por cuanto la actividad individual o aislada resulta impensable si lo que se está buscando es eficiencia. Si bien la lista podría ser mucho más larga, yo me limitaría a mencionar la comunicación como el punto de partida para la preparación y desarrollo de cualquier actividad humanitaria, dejando el resto para ser mencionado en otra oportunidad.

¿Cuándo puede considerarse que fracasa en su labor un trabajador humanitario?
Pienso que de alguna manera algo de la terminología militar serviría para referirnos a la actividad humanitaria. Normalmente los militares actuamos en el cumplimento de una misión, buscando lograr producir lo que llamamos “efecto deseado”; es decir aquello que queremos lograr. De esta manera cada trabajador humanitario debe posicionarse en el terreno con un objetivo determinado; aliviar la falta de alimentos, brindar asistencia sanitaria, desminuir los niveles de riesgo a los que se encuentra expuesta la población, etc. De esta manera cada uno de ellos deberá establecer los indicadores adecuados para poder determinar en que medida su accionar esta siendo efectivo o los esfuerzos que realiza se están diluyendo sin resultados positivos.

¿Qué riesgos corre un trabajador humanitario en un escenario conflictivo?
Los riesgos a los que puede estar expuesto un trabajado humanitario pueden ser múltiples y serán indudablemente diferentes en tanto podamos referirnos a un escenario u otro. Partiendo de la base que un trabajador humanitario orienta su actividad hacia lugares ciertamente desfavorables para el desarrollo de una vida normal, (tomando estándares mínimos razonables), los riesgos pueden ser de origen natural como provenientes de la propia acción humana. Esto último resulta muchas veces el factor a considerar con mayor cuidado, teniendo en cuenta que cuando los conflictos ser tornan decididamente violentos, una de las primeras cosas que son dejadas de lado es el respeto por los derechos humanos.

¿Qué rol juegan/deben jugar las emociones para un trabajador humanitario?
Ciertamente creo que los aspectos emocionales y afectivos deben ser un motor importante en el momento en que una persona decide dedicarse a la asistencia humanitaria. Pero de igual manera creo que los aspectos emotivos no suelen ser los mejores consejeros llegado el momento de llevar a la práctica las acciones que resultan necesarias para salir de situaciones críticas. Parte de la clave para actuar de manera adecuada radica en la capacidad que uno tenga de dar una respuesta puramente “profesional” ante situaciones que requieren de profesionalismo. Cuando uno da lugar al desarrollo y libre expresión de sus emociones muy probablemente en algún momento se pueda sentir sobrepasado por estas, y es en ese momento cuando se comienza a actuar con el corazón en lugar de hacerlo con la cabeza.

¿Puede trazar la evolución de las misiones humanitarias, del ’50 al ’90, o a la actualidad qué cambios marcados hubo?
Al no ser un especialista en el tema, solamente puedo decir que en las últimas décadas las actividades humanitarias han alcanzado una dimensión inimaginable en las décadas del `70 u `80. Parte de este fenómeno seguramente radica en el desarrollo que han tenido los medios de comunicación y principalmente los medios televisivos, que nos permiten enterarnos de catástrofes, desastres naturales o crisis humanitarias que ocurren en cualquier parte del mundo, en cuestión de minutos. Esto ha hecho que la conciencia sobre las necesidades humanas se vea estimulada y se ha producido una globalización de esta conciencia. Actualmente la crisis que se vive en África moviliza esfuerzos en todo el mundo y de igual manera la actividad humanitaria ha logrado un lugar de mayor respeto en las sociedades actuales. El trabajador humanitario ha dejado de ser visto como un romántico que va a hacer algo que desconozco en un país que no puedo ubicar en el mapa. Hoy en día un trabajador humanitario es alguien que reconocemos necesario, para cubrir esos espacios que los gobiernos no pueden cubrir por falta de recursos o de voluntad. De igual manera la cantidad de agencias y organizaciones de asistencia humanitaria se han multiplicado y también se han “profesionalizado” ( ya casi no hay lugar para el amateurismo), han sistematizado el financiamiento de su actividad y consecuentemente cuentan con planteles permanentes y semipermanentes que les permiten realizar una actividad de manera sostenida y consistente.