La mirada de Silvia Perazzo
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¿Qué evaluación final, a modo de conclusión realiza de la Cumbre de Estambul?
Fue un buen espacio de debate; permitió escuchar diferentes posturas y balances sobre el cumplimiento de los Objetivos del Milenio. Los paneles de expertos presentaron pocas críticas y una visión bastante distante de la realidad, sobre todo aquellos en los que participaron funcionarios de las Naciones Unidas.
Cuando tomaron la palabra los asistentes representantes de las ONGs o de organismos estatales la visión fue bastante diferente. Resultó sumamente interesante escuchar a la representante gubernamental de Chad que se refirió al “doble rasero” que utilizan las Naciones Unidas a la hora de ocuparse de los asuntos africanos y cómo en las recomendaciones y políticas se ignora la realidad africana. La delegación de Pakistán también recalcó la necesidad del abordaje particular de los objetivos del milenio sin recurrir a estadísticas generales o regionales que poco indican sobre logros o deficiencias.
Durante la segunda jornada, tuvo lugar el Working Groups. Agrupados en 8 grupos correspondientes a los 8 objetivos del milenio, me tocò participar en el grupo correspondiente a Educación. Allí pude explayar las ideas de educación para la paz que sostiene ANU-AR y colocar un punto de la declaración referido a la deserción escolar. Es en estos grupos de trabajo en donde se revela el verdadero espíritu de la Cumbre; donde se conocen realidades diferentes y a la hora de consensuar un documento hay contemplar todas las posturas. Pese al limitado tiempo en el grupo donde participé se logró una declaración de 5 puntos fundamentales con sus respectivas recomendaciones.
Igualmente, la concreción de los resultados se verán recién en septiembre cuando el tema sea tratado por el ECOSOC y cuando Journalists and Writers Foundation - Fundación Organizadora y miembro observador de Naciones Unidas - eleve las propuestas consensuadas para que sean consideradas por las Naciones Unidas.
¿Y nivel personal?
A nivel personal fue una oportunidad única para participar en la toma de decisiones de alto nivel en donde puede participar la sociedad civil. A nivel institucional significó para ANU-AR la posibilidad de llevar la voz de las ONGs Argentinas que se dedican a la educación a un àmbito de debate internacional.
¿Qué balance realiza de la presencia argentina en el Summit?
Argentina fue una delegación muy activa; participó en todos los grupos de discusión y colocó puntos en las declaraciones de casi todos ellos. Trabajó durante las sesiones, los almuerzos y los breaks. Fue una notable labor.
¿Qué reflexión final sobre la Cumbre en general?
Es un buen intento para que Naciones Unidas pueda salir de la Torre de Babel en la que se encuentra y recoger las voces de la sociedad civil. Si escucha y considera las conclusiones será un paso adelante, si no, seguirá manejándose con estadísticas que no reflejan la realidad. La Cumbre fue un gran esfuerzo de Journalists and Writers Foundation para contribuir a la labor de la ONU y para que esta comience a superar el desprestigio en el que está sumida desde 2003.
¿Algo más que considere importante destacar?
El intercambio de ideas entre culturas tan diferentes permite un crecimiento personal e intelectual enorme. Muestra y revaloriza las diferencias culturales, y permite una múltiple lectura de la realidad. No hay una única verdad ni una única respuesta a los problemas mundiales, ni muchos menos la respuesta está en Occidente.
