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ANU-AR | Argentina-Alemania, antagónicos dentro como fuera de la cancha

Argentina-Alemania, antagónicos dentro como fuera de la cancha

Si la final de la Copa del Mundo se jugara bajo las arbitrarias notas de las calificadoras de riesgo de deuda pública Fitch o Moody, tendría un destino seguro, pues se enfrentaría una potente triple AAA, como lo es Alemania, contra una CAA1, casi el llamado nivel "basura" con el que la deuda soberana argentina carga en estos días. Transpolar el mundo de las deudas soberanas al del fútbol, sería como comparar a Real Madrid, que acababa de ganar la Liga de Campeones, con un equipo de la Primera C, casi amateur del fútbol argentino, que no tiene ni duchas con agua caliente en los vestuarios. Pero la fianl del Mundial es otra cosa.

Pese al poderío alemán demostrado con el 7-1 sobre Brasil en la semifinal, en el partido del domingo puede pasar cualquier cosa pues Argentina tiene en sus filas a Lionel Messi y un esquema astuto y disciplinado. Además, el domingo en el Maracaná los ricos y ostentosos alemanes serán minoría en el estadio, a diferencia de los argentinos, con su estado endeudado y aguijoneado por fallos sobre "fondos buitres" que llegan desde Nueva York, pero mayoría absoluta y ruidosa en ese templo del fútbol.

El rigor que impone a las cuentas propias, y también a las ajenas, la canciller alemana, Angela Merkel, transforma a su país en la "locomotora" avasallante de una Europa, que intenta salir de la recesión. Por el otro lado, despunta un país en riesgo de incumplimiento con los deudores internacionales, con la "estatista" presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que a diferencia de la canciller no estará en el Maracaná.

El cruce Alemania-Argentina es también un reflejo de un momento histórico determinado. Dos países guiados por dos mujeres, aunque la inflexibilidad de Merkel está a años luz de distancia del "Modelo K", que ciertamente no ha contribuido a aumentar la confianza en Argentina de los mercados internacionales, pero ha entregado estabilidad, plazas laborales en cifra record, aunque en los últimos tiempos lidie con una inflación descomunal.

Alemania como estado

Alemania fue unificada como un moderno estado-nación en 1871, cuando se forjó el Imperio alemán, con el Reino de Prusia como su principal constituyente. Después de la derrota francesa en la Guerra franco-prusiana, el Imperio alemán (Deutsches Kaiserreich) fue proclamado en Versalles el 18 de enero de 1871. La dinastía Hohenzollern de Prusia lideró el nuevo imperio, cuya capital se estableció en Berlín. El imperio fue una unificación de las partes dispersas de Alemania, excepto Austria. A partir de 1884, Alemania inició el establecimiento de varias colonias fuera de Europa.
En la histórica Conferencia de Berlín, Alemania se unió a otras potencias europeas para reclamar su parte de África. Alemania obtuvo la propiedad sobre varios territorios africanos en la parte este, sudoeste, Camerún y Togolandia. La lucha por África causó tensiones entre las grandes potencias que pueden haber contribuido a crear las condiciones que llevaron a la Primera Guerra Mundial.

El atentado de Sarajevo (1914) en el que murió el heredero de la Corona del Imperio austrohúngaro, desencadenó la Primera Guerra Mundial. Alemania, como parte de las Potencias Centrales, sufrió la derrota contra las Potencias Aliadas en uno de los conflictos más sangrientos de todos los tiempos. La Revolución de Noviembre estalló en 1918, y el emperador Guillermo II abdicó. Un armisticio que ponía fin a la guerra se firmó el 11 de noviembre y Alemania se vio obligada a firmar el Tratado de Versalles de 1919. En su negociación fueron excluidas las Potencias derrotadas en contradicción con la diplomacia tradicional de la posguerra. El tratado fue percibido en Alemania como una humillante continuación de la guerra por otros medios y su dureza se cita a menudo como un factor que facilitó el posterior ascenso del nazismo en el país.

La adversidad económica, debida tanto a las condiciones de la paz como a la gran depresión mundial, es considerada una de las causas que provocaron el respaldo por parte de los líderes de opinión y los votantes alemanes hacia los partidos antidemocráticos. Aunado a esto, durante la guerra y hasta su fin se había mantenido a la sociedad alemana con la idea de que la victoria era casi segura y la falta de una invasión alimentó la teoría de que fueron las fuerzas democráticas (y comunistas, así como los judíos) las que traicionaron a la patria y provocaron la derrota. En las elecciones extraordinarias de julio y noviembre de 1932, el Partido Nacional-Socialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP, partido nazi) obtuvo 37,3%18 y 33,0% de los votos, respectivamente.

La inestabilidad política y la imposibilidad de crear un gobierno firme obligó a que el presidente del gobierno tuviera que nombrar al canciller (Präsidialkanzler), algo que de origen era tarea del parlamento. El 30 de enero de 1933, por presión del NSDAP, el presidente (jefe de Estado) Paul von Hindenburg (canciller durante la Primera Guerra) nombró canciller (jefe de gobierno) al líder del NSDAP, Adolf Hitler. Esto llevó a Europa a su noche más oscura.

En lo que más tarde llegó a ser conocido como el Holocausto, el régimen Nazi promulgó políticas gubernamentales para avasallar a varios sectores de la sociedad: judíos, comunistas, gitanos, homosexuales, francmasones, disidentes políticos, sacerdotes, predicadores, opositores religiosos y las personas con discapacidad, entre otros. Durante la época nazi, unos once millones de personas fueron asesinadas metódicamente por el Holocausto. La Segunda Guerra Mundial y el genocidio nazi fueron responsables de alrededor de 50 millones de muertos, entre ellos seis millones de judíos y un número semejante de rusos y tres millones de polacos.

Tras la Sgunda Guerar Mundial, Alemania perdió parte considerable de su territorio, que además fue ocupado y dividido entre los aliados durante más de 45 años. Se estima que entre 12 y 14 millones de alemanes étnicos y sus descendientes fueron desplazados de las antiguas posesiones del Imperio. En 1949, tras aprobarse en el oeste una nueva Constitución, se creó la República Federal de Alemania (RFA), que al cabo de pocos años recobraría parte de su soberanía, incluyendo la capacidad de mantener un ejército, y pasaría a integrarse, en occidente, como miembro de las Comunidades Europeas y de la OTAN. Por su parte, la República Democrática Alemana (constituida en 1949 como respuesta a la fundación de la RFA) entraría desde un primer momento a formar parte del Pacto de Varsovia y el bloque soviético.

Tras una historia de incidentes y desencuentros entre los dos estados alemanes, el muro de Berlín se abrió a la circulación el 9 de noviembre de 1989, con posterioridad a las fugas masivas de ciudadanos de la RDA hacia territorio occidental, que se produjeron a través de Hungría y Checoslovaquia en el verano de ese mismo año. Alemania se reunificó el 3 de octubre de 1990, recobrando su plena soberanía, al quedar definitivamente suprimido el régimen de control político y militar de las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial.

La reunificación alemana tuvo consecuencias en todos los ámbitos de la vida alemana, como la participación alemana en operaciones de la ONU para la imposición de la paz, una actitud más crítica de la contribución de los extranjeros a la vida alemana, y enormes costos para los contribuyentes de los antiguos estados. La Alemania reunificada conserva tradiciones que se remontan al siglo XIX: el sufragio universal y la estructura parlamentaria, desarrollada en tiempos del Reichstag. Se ha conservado también cierta continuidad espacial: el Tratado Dos más Cuatro, acta fundacional internacional de la Alemania reunificada, reafirmó la solución de la “pequeña Alemania”. Los acuerdos establecieron la retirada gradual de las tropas soviéticas de Alemania Oriental con la garantía por parte de la OTAN de no situar fuerzas en el este de la Alemania unificada.

Hoy Berlín impone condiciones económicas y política para toda Europa, bajo la tenaz influencia de la canciller Angela Merkel.
El fútbol
La Federación Alemana de Fútbol (DFB) es el ente rector del fútbol en Alemania, con sede en Frankfurt. Fue fundada el 28 de enero de 1900 en Leipzig y es miembro fundador de la FIFA y de la UEFA. Durante el régimen nacional socialista la federación fue formalmente disuelta el 1 de julio de 1940 en favor de las organizaciones de masa del partido, luego de varios años de no existir de facto. La federación fue fundada nuevamente el 10 de julio de 1949 en Stuttgart.

Incluye a 25.727 clubes, totalizando más de 6,7 millones de miembros y 171.567 equipos de fútbol de todas las edades, la membresía más grande de cualquier federación deportiva en el mundo. La DFB cuenta con 1.058.990 mujeres entre sus afiliados y 13.420 equipos de fútbol femenino.

El seleccionado germano conquistó en tres oportunidades la Copa Mundial de Fútbol (1954, 1974 y 1990) situándola como la tercera mejor selección en el palmarés, únicamente superada por Brasil (5 copas) e Italia (4). A nivel continental es la selección que más veces ha ganado la Eurocopa junto con España, con tres títulos en su haber. En sus categorías inferiores también conquistó una Copa Mundial de Fútbol Sub-20 en 1981.

La final del domingo ante Argentina es la tercera que jugarán ambos equipos, la final más repetida de la historia. Ganada en Méxica 1986 por los sudamericanos y en Italia 1990 por los teutones.


Los rivales de Argentina:
BOSNIA IRAN NIGERIA SUIZA BELGICA HOLANDA ALEMANIA

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